Mi segundo PC
Sergio Salgado de Xnet
El secreto de la felicidad es -espero haber captado vuestra atención con este inicio porque os voy a contar, nada más y nada menos, que el secreto de la felicidad– transitar de una obsesión a otra de forma natural y de manera que siempre tengas la cabeza ocupada con algo. No es un proverbio; es una teoría, concretamente, la del estado de flujo de Mihaly Csikszentmihalyi.
Con los años he llegado a convertir esto en algo sistemático. Elijo cuidadosamente un tema del que no sé apenas nada y durante un tiempo aprendo sobre él.
Sea teoría evolutiva, literatura clásica de ciencia ficción, mecánica de bicicletas, un idioma nuevo o música medieval todo se reduce siempre a cuatro fases: ignorancia inconsciente, ignorancia consciente, conocimiento consciente y conocimiento inconsciente.
En algún momento de los últimos cinco años una de esos temas fue el software libre, la privacidad y el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones. Lo elegí convencido de que una vez que parecía evidente que la balanza se iba a inclinar a favor de la igualdad de derechos civiles de las parejas homosexuales, la siguiente frontera de los derechos civiles era la puesta al día de las garantías del viejo derecho a las comunicaciones privadas. Así lo sostienen autoridades tan poco sospechosas por su moderación como las Naciones Unidas.
Esta batalla democrática a diferencia del matrimonio que apoyé solo por justicia, si que me entusiasma. Me entusiasma porque por primera vez en la historia la posibilidad de garantizar la inviolabilidad de nuestras comunicaciones no es una cesión que debemos conseguir de los poderosos, si no algo que podemos garantizar por nosotros mismos.
Me entusiasma porque al hacerlo no solo mejoramos nuestra vida, sino que construimos un Internet más seguro para todos.
Frente al discurso de algunos medios frívolos, el cifrado no hace un mundo más inseguro si no que es la clave para un mundo más seguro. Por cada persona que se preocupa de su seguridad informática, como por cada persona que se lava las manos o vacuna a sus hijos, la inmunidad de grupo mejora e internet y el mundo son un lugar mejor y más seguro.
Durante estos años y gracias a mi participación en Xnet he tenido la suerte de conocer y aprender de los mejores en el tema y he acabado dedicando lo que he aprendido a una de las cosas que mejor se me dan: la formación.
Siempre hay una prueba final, es como un examen para darme a mí mismo el título imaginario. Para poder pasar página porque ya estoy completamente absorbido por otro tema. En este caso he decidido tener el mejor PC que se puede tener. El máximo nivel de software libre y seguridad que puede existir hoy en día en un PC.
Aqui lo teneis: Un thinkpad X60 de hace 11 años. Uno de los últimos ordenadores «libres». Comprado por 60 euros. Le he puesto otros dos gigas de RAM (considero que la vida no merece ser vivida con menos de 4 gigas de RAM). Le he comprado una bateria nueva. Le he instalado Trisquel, el sistema operativo más usable de entre los que no tienen ningún elemento privativo. La bios seguía siendo privativa así que le he cambiado el software de la bios gracias al proyecto libreboot. Por último le he cambiado la tarjeta de wifi para no tener que usar tampoco ningún driver privativo.
Pese a haberlo hecho solo como reto técnico, puedo usarlo como segundo PC porque funciona perfectamente y porque me encanta. Y todo lo que he tenido que aprender desde 0 hasta superar esta prueba me ha servido en otros aspectos de mi vida para tener una vida mejor, más segura y para mantener a salvo ese tesoro que es la privacidad en los tiempos que corren.
Ya que lo que me ha traído hasta aquí es un afán de aprender, lo comparto por si alguien me puede enseñar algo más que pueda hacer con mi segundo ordenador… y porque es precioso.